La respuesta de Frege sobre la problemática de nombrar a un concepto y su explicación del aparente error categorial en ello, por Emiliano Trejo Alvarado


En su artículo “Sobre concepto y objeto” Frege pretende responder y distanciarse del uso y la interpretación acerca de concepto de Benno Kerry, las cuales despliega en distintos artículos en los que se refiere a escritos de Frege. Se distancia de un uso psicológico, el uso que le da a concepto es estrictamente lógico. Ahora bien, Frege nos presenta que Kerry debate lo que denomina su definición de concepto, por esto nos aclara Frege que, como tal, no ofrece una definición sino intenta aludir, es decir, dar una caracterización. Nos dice “[t]ampoco se puede exigir que todo sea definido, del mismo modo como no se puede exigir del químico que descomponga todas las sustancias”(1), ¿Qué razón nos da de esto? Podemos reconstruirlo así:


  1. Lo que es simple no puede ser descompuesto

  2. Lo que es lógicamente simple no puede ser propiamente definido

  3. El lenguaje originariamente no tendrá una expresión exactamente correspondiente (para aquello que se descubra como simple, en este caso el concepto)


Por tanto, no es posible una definición para la introducción de un nombre que corresponda a algo lógicamente simple.


Sin embargo, esto no quiere decir que Frege no admita la distinción y exclusión entre objeto y concepto, que un objeto no puede ser concepto y un concepto no puede ser objeto, caso contrario del de Kerry. En este caso el concepto es predicativo, es decir, es la referencia de un predicado gramatical. A su vez, los nombres propios son inadecuados para usarse como predicados, es decir cumplen una función distinta y sus referentes son distintos, lo que tiene como consecuencia que no puedo simplemente usar uno por otro o denominar uno con el otro indistamente, sino debo atender a su papel, en lo que Frege al finalizar hará énfasis en el pensamiento. Y no es que atienda la distinción a un no deber sino, es que por su naturaleza no se puede, lo que se expresa carecería de significado o en todo caso no sería el que creíamos como veremos. Ante esta conjunción o no exclusión que Kerry sugiere, Frege opone una importante diferencia que no advierte Kerry, que hay conceptos que caen bajo otros conceptos y este es el único modo de hablar de conceptos, no obstante sigue siendo de naturaleza predicativa. Por ejemplo cuando hablamos de conceptos y forzamos a la forma lingüística “la” o “el” ya no hablamos de conceptos sino objetos, lo cual señala a Kerry con su ejemplo de: “el concepto ´caballo´” es un concepto fácilmente asequible, y es ciertamente uno de los objetos que caen bajo el concepto ´concepto fácilmente asequible´ “ ¿Cómo nos dice Frege que podemos hablar entonces de conceptos o predicados? Con predicados de predicados. Antes de pasar a eso, brevemente hay que señalar que Frege considera la dificultad de no poder nombrar directamente a los conceptos como una dificultad que no deberíamos sino notar, pero no dejar que nos distraiga del uso que sigue siendo legítimo, para él, de nombres propios y de funciones o conceptos. Nos lo menciona así:


 “El lenguaje se encuentra aquí en una situación forzada, que justifica el que se aparte de lo usual. Que nuestro caso es especial lo indica el propio Kerry al poner las comillas en la palabra “caballo” -para el mismo fin yo utilizo la letra cursiva-. No había motivo alguno para señalar del mismo modo las palabras “Berlín” y “Vesubio” “ (2)


En este apelar a una dificultad práctica o lingüística Frege, hablando de la tarea de investigación lógica, nos da el ejemplo de “el concepto de hombre no es vacío”, claramente aquí hay una dificultad pues a lo que nos queremos referir no lo estamos haciendo, según Frege, lo que quisiéramos decir o a lo que apuntamos es a que “hay al menos algo que tiene la propiedad de ser hombre”. En el caso anterior, tenemos el predicado de un predicado, estamos expresando que un concepto cae bajo otro concepto, este uso es legítimo. Tenemos mismo caso pero con diferente predicado de segundo orden con la expresión que usa: “todo mamífero tiene sangre roja”. Entonces cuando quisiéramos hablar de conceptos sólo lo podríamos hacer con rigor, con expresiones con cuantificadores (“todos”, “ningún”, “algún”). Esta será (sumado a lo dicho desde el principio), creo, principalmente su respuesta a Kerry, pues menciona que “[s]i nos fijamos en que, en mi modo de hablar, expresiones como “el concepto F” no designan conceptos, sino objetos, la mayor parte de las objeciones de Kerry caen por su propio peso” (3).


Está cuantificación sólo puede hacerse de conceptos y no de objetos como nos lo expresa diciendo “[e]n consecuencia, no puede afirmarse jamás de un objeto lo que aquí se afirma del concepto; pues un nombre propio nunca puede ser una expresión predicativa, aun cuando pueda ser parte de ella” (4), por tanto una cuantificación de un objeto carece de sentido, es decir no podemos decir que es verdadera o falsa. Para resumir las posibilidades Frege nos dice “un objeto cae bajo un concepto de primer nivel, y que un concepto cae bajo un concepto de segundo nivel. La diferencia entre concepto y objeto sigue siendo, completamente tajante” (5). Por último, hay que destacar que Frege es consciente de la dificultad con respecto que surge aún así en la práctica hablando de conceptos, nos lo expresa así “ (…) por una cierta necesidad lingüística, mi expresión, tomada literalmente a veces no corresponde al pensamiento, al nombrarse un objeto cuando quiere significar un concepto” (6). Sin embargo, vuelve a oponer la naturaleza, necesidad y utilidad del concepto, pues este cumple el papel de ser un enganche, de posibilitar y unir la expresión. Así insiste en que hablar de “completo” y “no saturado” son alusiones, expresiones explicativas incompletas, para referir a su función en los pensamientos expresados, volviendo remarcar que la inadecuación es lingüística, es decir no tenemos mejor manera o no podemos expresarlo, más no como producto de la distinción en sí misma.


Citas:

1.-Frege, Gottlob, Objeto y concepto (1892) en: Escritos sobre lógica, semántica y filosofía de las matemáticas (México: UNAM y Instituto de Investigaciones Filosóficas, 2016), 278. En adelante las citaciones serán de la misma edición.

2.-Frege, Gottlob, Objeto y concepto (1892), 282.

3.-Frege, Gottlob, Objeto y concepto (1892), 284.


4.-Frege, Gottlob, Objeto y concepto (1892), 286.


5.-Frege, Gottlob, Objeto y concepto (1892), 287.

6.-Frege, Gottlob, Objeto y concepto (1892), 291.


Bibliografía:

Frege, Gottlob, “Objeto y concepto (1892)” en: Escritos sobre lógica, semántica y filosofía de las matemáticas. Editado por Margarita Valdés y traducido por Donato de, Xavier et al. Colección Filosofía Contemporánea. Serie Antologías. Ciudad de México: UNAM, Instituto de Investigaciones Filosóficas, 2016.




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